jueves, 7 de junio de 2007


Las Escuelas de Iniciación artística somos semilleros artísticos, nuestra misión fundamental es la de crear, hacer, promover y difundir la cultura universal y nacional, crear y fomentar el conocimiento y la investigación artística, ofreciendo servicios académicos y culturales que favorezcan el desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje de todas aquellas personas que desean iniciar el difícil camino de las artes; especialmente en las áreas de música, artes plásticas, danza y teatro.

Por otra parte somos forjadores vocacionales a favor de las artes, creadores de públicos capacitados para el goce estético de la producción artística que ofrece nuestro país, y asimismo incansables guerreros en la lucha de formar individuos íntegros basándonos en el Humanismo como parte de nuestra filosofía institucional, partiendo de que este humanismo representa el amor por el hombre y no un conjunto de ideas acerca de la naturaleza humana ni una exaltación sin fundamento de lo humano. El humanismo es una forma de “ser”, que reconoce a la dignidad humana como medida misma de todas las acciones, de todas las formas de la praxis; es una forma valiosa de ser, de naturaleza ética.

El humanismo es una forma de vida que concibe y organiza la existencia humana de tal manera que a través de ella el hombre puede elegir el mejor modo de ser, la forma de ser más valiosa. Así el hombre se puede realizar en una posibilidad de ser siempre más. El humanismo es la elección de la libertad, como algo necesario para incrementar el ser del hombre y afrontar la vida decisivamente. El humanismo es la decisión, enteramente impostergable, de impedir todo acto que rebaje, debilite, disminuya o destruya la naturaleza humana.

No somos por lo tanto un edificio, o parte de un presupuesto gubernamental, o un número de trabajadores en espera de un cheque quincenal, somos creadores, docentes, académicos, administrativos, estudiantes, público, amantes del saber y el arte; buscamos el saber por amor. No queremos los conocimientos para dominar al mundo. Dado que no nos identificamos con el afán de poder, aquí no buscamos el saber para utilizar o usar al mundo y a los hombres, no somos expresión de ningún afán de posesión, sino una empresa titánica de saber para ser, por amor al ser propio y al ser del arte en sí.